Salami ha sabido combinar a la perfección el saber hacer y las recetas de siempre con la última tecnología. En su planta de más de 5000 metros cuadrados, Salami ha incorporado una moderna maquinaria que favorece la producción basada en la calidad y en el respeto por el Medio Ambiente. Para los productos loncheados, dispone de una sala blanca que garantiza la máxima calidad, higiene y seguridad.
También destaca su puntera línea de empaquetado, que incluye un detector de Rayos X de última tecnología, con el que se eliminan todos los riesgos de elementos extraños ajenos al producto. Además, Salami cuenta con un sistema de refrigeración con el que han logrado un ahorro del 70% de agua o el horno de ahumado por el que únicamente pasa el aroma de la madera.
Pero es sin duda su apuesta por la calidad y el deseo de un constante crecimiento lo que ha llevado a Salami a obtener la certificación ISO 14001 y logros tan importantes como la Huella de Carbono o las acreditaciones necesarias para la exportación.
Cercana a la demanda y a las necesidades y gustos de los nuevos consumidores, Salami ofrece productos sin gluten, aptos para personas con intolerancia a este tipo de proteína muy habitual en los productos cárnicos. Tras un duro trabajo, Salami ha dado un paso adelante para facilitar que los celíacos puedan consumir sus productos con absoluta TRANQUILIDAD.
Salami ha logrado la difícil combinación entre modernidad y tradición, sin olvidar la parte humana de la compañía, ya que cuenta con una plantilla cualificada y proactiva que trabaja duro para llevar los productos Salami por todo el territorio nacional.